Una noche, cuando no podía conciliar el sueño, asomé mis ojos hacia el infinito. Pude notar cómo el tintinear de una pequeña estrella gritaba hasta el cansancio. Era su llanto innumerable. Un instante perdido del tiempo transcurrió. La pequeña partícula estelar se adentró en mi mente, y como si la noche se hubiera tragado el sentir que se desprendía de mí, nos conjugamos de entre sentimientos encontrados, nostalgias y esperanzas venideras.
martes, 16 de abril de 2013
Suficiente
he dejado a un lado el grito desesperado de quienes no saben respirar,
he querido irme a la mar para fundirme en sus lágrimas,
he querido clamar por un poco de silencio...
más no logro conseguirlo
porque los ecos de mi alma son tan fuertes
que ni las sombras pueden esconderse tras su manto de oscuridad.
Tanto tiempo a la deriva,
naufragando una y otra vez,
cuánta historia inconclusa,
suficiente es ya la derrota!
prefiero el declive del miedo
para emprender el sendero
que me conduzca hacia otra realidad
sin tantos espectros hambrientos de dolor.
jueves, 9 de diciembre de 2010
Innombrable
El aleteo trastabillado cojea,
impávidos sacrilegios cacarean,
imprudencia e intolerancia
sacuden al polvo de esqueletos,
puñales ensartan ignorancia,
insultos frugales apabullan sordos hechizos,
sables suturan pensamientos,
inmundicia corroe razones;
violencia a la orden del día
en las calles sin nombre.
El ángel y Hades
Prefiero el suspiro
al aliento del viento;
anhelo momentos intocables
para contar historias
con los besos del tiempo.
Mientras derribo laberintos en la cumbre,
barajas azules lloviznan
desde lo alto del silencio
y cual si fuera bufón del signo,
creo acertijos improbables.
El ángel invoca entonces
al demonio de su ser
con frases que ni el mismo Hades
es capaz de pronunciar.