Si quisiera callar sentimientos, me escondería en el último rincón del universo, más no es posible cuando éstos fluyen a borbotones cual diluvio invernal. Por tal razón, he de proclamar nuevas historias y correr por donde los caminos aún no han sido trazados, con la perfecta excusa de que es mejor arriesgar la existencia con esperanzas y nuevos mundos, que vivir bajo la sombra del temor. Innumerables razones nacen entonces cual fenix en el alba.
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