
El ciclo inacabado del universo transita de entre las constelaciones del alma. El amor, por su parte, emerge con la perfecta excusa de vislumbrar sueños e ilusiones en quienes, alguna vez, hemos sentido cómo, este sentir indescriptible, fecunda nuestros sentidos con la sutileza del beso y sus innumerables encantamientos.
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